14 oct 2007

QUEJA DEL EBRIO




Con paso tembloroso va esta vida,
aunque te parezca un F 16.
Velocidad de insecto, diminuta,
horizonte y dimensiones hormigueras..

Y más encima el mantel se nos acaba;
El trote desigual por los minutos
eran el paso de un caballo muerto.

Rindámonos mejor, esta es la hora,
sin sombra de dolor y sin escrúpulos;
qué más, si no nos queda combustible,
ya los bares bajaron las cortinas
y las botillerías de emergencia
se volvieron laberintos y candados.

Aquellos grandes hombres, se marcharon,
haciéndose letreros de ceniza,
y serán, por edades infinitas,
los bribones antiguos quienes manden.

Qué más le voy a hacer si tú no quieres...
aquí me arrumbo, amor, a deshacerme
en mi aliento de rata y de borracho.
Sigue adelante, porque se me quedó
la billetera olvidada en el infierno:
con el carné, las tarjetas y las llaves;

por lo demás este poste, esta cuneta,
me acomodan, se ajustan a mi vértigo;
Pero antes de irte en taxi hacia la nada
toma a mi angustia la última instantánea,
a estos ojos de amor, que nadie quiso.

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